"Para él valía más el recuerdo de la posesión que el hecho de haberlo poseído.
Le bastaba con pensar de vez en cuando –en los pocos ratos libres que tenía- lo feliz que fue entonces, teniéndola. Otros se hubiesen torturado al recordar el preciado tesoro del que ahora no eran dueños, pero para él recordarlo no era ningún sufrimiento, porque no recordaba la posesión, recordaba los sentimientos de felicidad completa que acompañaron a la posesión de aquella maravilla. Y esos recuerdos no caducarán nunca."
“…And she's buying a stairway to heaven…”
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