lunes, 15 de septiembre de 2008

Me sentí como un traidor.

Hace poco leí unos artículos en Internet acerca del padre de un amigo mío del que hace mucho que no se nada. Ése señor es profesor de universidad, y concretamente de la carrera que yo empecé a estudiar –Ahora creo recordar que en parte influenciado por él; aunque no directamente, sino más bien por el magnífico y al menos para mí, atractivo y cautivador aspecto de su despacho. Una habitación con estanterías repletas de libros desde el suelo hasta el techo. Y en la lámpara una bruja colgando; ¡aún lo recuerdo!- . Fue cuando terminé de leer los artículos cuando sentí culpable de traición, he recordado cómo era todo cuando iba a la casa de mi amigo y hablaba con su padre; la alegría que se llevó cuando supo la carrera que había elegido y los muchos y gratos recuerdos que siempre me ha traído esa casa. Esa pequeña y ordenada casa. No se si sabrá que dejé de estudiar su carrera. No se si tendrá noticias de mi actual ocupación y de cómo ha cambiado mi vida en los últimos años. Si la tiene, me gustaría hablar con él y saber lo que piensa; conocer su opinión. Y si no sabe nada, preferiría que siguiese siendo así. Aunque esto me haga sentir mas traidor.

PD: Supongo que la vida no es siempre tan bonita y agradable como nos han hecho creer; y ahora que me aflige este dolor, creo que con ello experimento un aspecto amargo, pero necesario en la vida de las personas. Para su aprendizaje y conocimiento. Y para el mío propio.

PPD: Pero me siento jodidamente mal.


"Lo peor que llevas dentro
se refugia en tu mirada."


Loquillo y trogloditas - Cuando fuimos los mejores.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ni de coña es tan perfecta la vida como nos la pintan...pero poco a poco tenemos que ir obteniendo momentos perfectos, o al menos momentos felices, que harán de nuestra estancia en este mundo, algo mucho mejor :)

ánimo!