miércoles, 25 de febrero de 2009

¿Qué voy a hacer contigo?


- ¿Fue un encuentro casual? No, no lo creo. Alguien o algo quería que pasase.

- Cuando aquel coche oscuro que circulaba despacio pasó cerca de mí, creí ver un cráneo de caballo en el asiento del copiloto. No me fijé en el conductor ni en nada más, mi total atención recayó en aquel bloque de masa ósea que tomaba un tono amarillento a la luz de las farolas. Cuando el coche se hubo marchado, no me acuerdo de lo que hice, pero debí permanecer con la mirada fija en el lugar que ocuparon aquellos huesos durante algún instante. Aún hoy, cuando ha pasado casi una semana sigo pensando en ello y no le encuentro ningún sentido.

- Susurros entremezclados con la estática de la comunicación me hacen despertar de nuevo. Parece que esta noche tampoco voy a poder dormir mucho.

- "¿Qué dices? ¿Nos podemos fiar? Si, yo creo que es una buena madre." Tremenda película.

- "¡Nada más fácil que decir: "No tema, no tenga miedo"! Nada más difícil que lograrlo. Me pregunto yo cómo se mata el miedo. ¿Cómo se le atraviesa el corazón de un balazo a un espectro, o se le decapita o se le echan al cuello las manos para ahogarlo? Es empresa que sólo en sueños se acomete, y de la que por bien contentos nos damos cuando salimos de ella cubierta de sudor la frente y temblándonos los miembros. La bala necesaria no ha sido fundida aún, ni forjada la espada, ni ha nacido el hombre que pueda realizarlo; hasta las aladas palabras de la verdad caen a nuestros pies como pedazos de plomo. Necesitaríamos para tan desesperada lucha un mágico dardo envenenado, que antes hubiera podido templarse sumergiéndolo en tan sutil mentira que no cabe hallarla en la tierra. ¡Una empresa, señores míos, buena para ser intentada en sueños!"

- "Incluso un reloj roto da bien la hora dos veces al día"

- [...]

"If everything could ever feel this real forever
If anything could ever be this good again"


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