miércoles, 26 de mayo de 2010

¿Y luego qué?


- Hay una palabra que lo justifica todo.

- No se por qué lo hago. Pero no encuentro motivos para dejar de hacerlo.

- Después de ti. Después de todo, el humo seguirá subiendo, el agua bajando, el sol calentando y el viento enfriando. ¿Qué eres?
¿Quién eres? ¿Quién crees que eres? ¿Qué son tus problemas? ¿A quién le importan tus problemas? ¿A quién crees que le importan tus problemas? A nadie, exacto; a ti tampoco deberían importarte, después de todo, mañana volverá a salir el sol, así que no te preocupes por nada de eso. Realmente no merece la pena.

- Supongo que conviene dejarse algún sueño sin cumplir.

- “El hombre que escribe oscuro no puede hacerse ilusiones: o se engaña, o trata de engañar a los demás.” Stendhal.

- Urania.

- Soledad compartida. Eso es.

- [...]


"¿Quién juzgará las razones de conciencia?
¿quién está limpio para condenar la violencia?
¿quién dictará qué valores no son humanos?
¿quién justificará cuando masacren a tus hermanos?
¿quién puede decir dónde el odio empieza?
¿quién es capaz de poner precio a tu cabeza?
¿quién decidirá dónde acaba la cordura?
¿quién te aliviará cuando tus heridas ya no curan?"



Reincidentes - La historia se repite.

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