lunes, 8 de octubre de 2007

En dos palabras, tres mentiras.

Y eso es justamente lo que más le atormenta y le impide dormir, pensar con claridad y cumplir con sus obligaciones. Aquellas pocas palabras turbaron su mente como el nunca habría podido imaginar. Como un opaco velo se interpusieron entre él y su mundo, haciéndole apenas partícipe de todo cuanto sucedía a su alrededor; aunque fuese él el protagonista del suceso.

Cada segundo las palabras permanecían presentes en su mente, como un poso o un resto del que se quiere pero no se puede escapar, como un mal sueño del que no se puede despertar. Palabras que no consigue apartar, ni olvidar, y no las puede olvidar precisamente porque no acabó de comprenderlas del todo y ahora dedica demasiado tiempo y esfuerzo a intentar descubrir su significado. Si es que lo tienen.

Las reescribe en el vaho del espejo tras ducharse o las garabatea sin apenas darse cuenta en la servilleta de la cafetería. Y más de una noche se ha despertado de madrugada con el eco de esas palabras retumbando dentro de su cabeza como música en una caverna.



“One lie tells a thousand stories,
The greatest stories that were ever told
One lie, One lie,
Tells the greatest stories ever told”

1 comentario:

Ohdiosa dijo...

palabras, a veces dañinas, que se clavan como puñales en la memoria, que resultan imposibles de olvidar, que atormentan...

precioso texto